La naturaleza de los coronavirus hace que encontrar medicamentos eficaces sea especialmente complicado, por lo que la biomedicina ha sido el pilar esencial en el desarrollo de los distintos métodos para enfrentar la pandemia actualmente, ya que es la disciplina que determina exactamente el origen de los virus, junto con sus características tanto de transmisibilidad y virulencia. Estos métodos no sólo incluyen las pruebas de diagnóstico ya conocidas, sino medicamentos diseñados específicamente para combatir el virus.
Luego de dos años de pandemia, el mundo cuenta con tratamientos enfocados en la utilización de fármacos ya existentes, como el caso del Remdesivir, un medicamento antiviral usado contra virus causantes de fiebres hemorrágicas como el Ébola y Marburg, o el uso de plasma de pacientes convalecientes; es decir, transferir anticuerpos anti-SARS-CoV-2 de personas que han superado la enfermedad a otros para neutralizar el virus. Sin embargo, el desarrollo de nuevos fármacos que actúen específicamente para atacar este virus fue obstaculizado por la dificultad de analizarlo, lo que motivó una gran cantidad de esfuerzos a nivel global para obtener resultados positivos.
A pesar de esto, con el avance de los conocimientos biomédicos, dos medicamentos ya han recibido la aprobación de la Administración de Fármacos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) para el tratamiento de COVID-19 y que son capaces de actuar con mayor eficiencia: El Paxlovid y el Molnupiravir. Para Rubén Ramírez, docente de la carrera de Ciencias Biomédicas de la Universidad Internacional SEK, estos son resultados alentadores para que “en el futuro se generen mayores opciones de medicamentos que apoyen a los sistemas de salud de los países, con miras a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos”.
El Paxlovid, desarrollado por Pfizer, bloquea la replicación del virus en el organismo del paciente y demostró una reducción del 88% en el número de hospitalizaciones durante sus pruebas clínicas. Por otra parte, el Molnupiravir, un medicamento desarrollado inicialmente contra la gripe, actúa engañando al virus en un fenómeno conocido como “catástrofe de error viral”, lo que aumenta el número de errores que sufre el virus hasta que desaparece del cuerpo. Estos medicamentos son administrados únicamente previa autorización médica, pues su producción continúa siendo uno de los mayores inconvenientes.
En Ecuador, la biomedicina es una nueva área con gran potencial para la formación de profesionales de la salud, razón por la que el experto destaca que las carreras y posgrados en Biomedicina como los ofertados en la UISEK reflejan la importancia de combinar centros de salud como clínicas, hospitales y laboratorios con los espacios académicos, con la misión de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía apoyados en la investigación