Las realidades del oso de anteojos (Tremarctos ornatus) y del cóndor andino (Vultur gryphus), en nuestro país, despiertan preocupaciones. Es por esta razón, que el Zoológico de Quito y la Secretaría de Ambiente del DMQ emprenden una campaña digital de comunicación y educación ambiental, orientada a mejorar el conocimiento y relación que la ciudadanía quiteña mantiene con estas especies vulnerables y su entorno natural.
De acuerdo con el Plan de Acción para Conservación del Oso Andino (documento técnico publicado en febrero del 2019, que congrega los criterios de especialistas a nivel nacional y del Ministerio del Ambiente) los datos de densidad poblacional de este mamífero son todavía esporádicos en Ecuador. Esta carencia de información actualizada, respecto de las poblaciones ecuatorianas del mamífero más grande de Los Andes, mantienen a instituciones y colectivos en la imposibilidad de plantear acciones efectivas para su conservación y de los ecosistemas que habita. Algunos datos sugieren que en el país habría una población entre dos y tres mil osos.
Además, el oso andino se considera una especie en estado “Vulnerable” a nivel global, en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y en el Libro Rojo de Mamíferos del Ecuador se encuentra “En Peligro”.
El cóndor andino, por su parte, está catalogado como especie en peligro de extinción en nuestro país, ya que su población se reduce progresivamente con el paso de los años y las amenazas que merman a la especie no se detienen. En el 2018 se contabilizaron 150 cóndores en el censo nacional más reciente; pero desde ese año se calcula que, aproximadamente, entre 15 y 20 cóndores han perdido la vida por circunstancias que comprenden el envenenamiento y la cacería.
“Son los dos animales más grandes de Los Andes que, por causas distintas, enfrentan amenazas fuertes para su sobrevivencia. Los osos ven cómo la frontera agrícola avanza con rapidez en contra de sus bosques y es frecuente que existan encuentros con seres humanos que terminan de mala manera para los osos. En los últimos años, el cóndor ha recibido repetidos disparos y envenenamientos, como consecuencia de conflictos en los que es el último eslabón de una cadena en que se envenena carroñas destinadas a eliminar perros fuera de control, que acaban con la biodiversidad y animales de producción de campesinos en los páramos”, señala Martín Bustamante, director del Zoológico de Quito y Secretario del Grupo Nacional del Cóndor en Ecuador.
Las realidades mencionadas por Bustamante ponen en alerta al ámbito de la conservación a nivel nacional. Mientras la ciudadanía conoce poco sobre esta coyuntura de riesgo para el oso y el cóndor, otras especies de animales silvestres que comparten sus territorios también están enfrentando situaciones similares.
Desde el 2012, el Concejo Metropolitano del DMQ declaró al oso andino como especie emblemática de Quito, y en el 2013, a través de la resolución No. 431, se creó el corredor ecológico del oso andino, ubicado al noroccidente de la ciudad, en las parroquias rurales de Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Nono, San José de Minas, con una extensión de 64.554 hectáreas que corresponden al 16% de territorio rural del Distrito. La creación del corredor no solo implica la protección de los osos, sino toda la biodiversidad en la región, así como los servicios ecosistémicos que desde allí se brindan.
En el caso del cóndor, las acciones principales de la Secretaría de Ambiente se centran en el Área de Protección de Humedales Cerro las Puntas (APHCLP), dentro de las parroquias de Pifo, Yaruquí, Checa y El Quinche al nororiente del DMQ, así como la parroquia de Pintag, donde se ha efectuado un monitoreo biológico entre 2019 y diciembre 2020, de donde se obtuvieron resultados significativos que ponen en evidencia que Quito es el territorio más importante para conservar al cóndor.
Las redes sociales del Zoológico de Quito y la Secretaría de Ambiente serán los principales canales de difusión de la campaña. En un primer momento basados en una narrativa atemporal, se ubicará a la ciudadanía en el año 2041, anunciando una hipotética desaparición de las dos especies más grandes de los Andes, como una estrategia para despertar asombro y preocupación real en los receptores. Desde la segunda semana, las publicaciones abordarán referencias permanentes a la realidad actual con el fin de generar reflexión frente a la amenaza permanente a osos y cóndores y así establezcan una relación directa con las causas. Y finalmente se establecerá un vínculo directo entre los hábitos de consumo de la ciudadanía con la afectación de los hábitats de estas especies, haciendo un llamado directo a la acción para asumir la protección del oso y el cóndor desde acciones pro ambiente.
“No estamos conscientes del impacto que significa a nivel ambiental y humano la extinción de una especie. Desde hace años escuchamos que el cóndor está en peligro de desaparecer y las personas no se sienten parte de esta problemática. Por ello, decidimos iniciar la campaña anunciando la situación hipotética de la extinción de osos y cóndores con el objetivo de provocar una reflexión profunda sobre este hecho”, menciona Gabriela Arévalo, directora del departamento de Educación para la Conservación del Zoo de Quito. “¿Qué ocurre si permitimos que las dos especies más grandes de los Andes desaparezcan? ¿Está en nuestra acción ciudadana detener su extinción?. Es indispensable que al hablar de vida silvestre y sus problemáticas vinculemos directamente a la ciudadanía urbana en esta problemática, no podemos permitir que sigan mirando de lejos un hecho que les afecta”, acota.
Acciones con la comunidad
En el marco de la campaña por los osos y cóndores del DMQ, se desarrollará un taller dirigido a profesionales del área del periodismo y la comunicación. Este espacio formativo, coordinado en conjunto con el Grupo Nacional de Trabajo del Cóndor Andino, será dictado por técnicos de las instituciones que conforman el Grupo y trabajan en el Plan de Acción para la Conservación del Cóndor Andino. El objetivo es profundizar sobre la situación de esta especie en el país, proporcionar información técnica y establecer lazos de trabajo entre la comunicación y las instituciones que trabajan para su conservación. El taller se realizará de forma virtual el 21 y 22 de abril. Para inscripciones, escribir a garevalo@quitozoo.org
Como parte del componente educativo del proyecto, se realizará el encuentro “SOS animales en peligro: osos y cóndores andinos”, con niños, niñas, adultos y familias de la comuna de Iguiñaro (El Quinche) y el barrio La Josefina (Carcelén Bajo). Serán espacios de reflexión, sensibilización y conocimiento, con el fin de educar para la conservación, donde se aborda un aprendizaje sobre el patrimonio natural desde lo cotidiano, desde lo que vivo, con lo que me relaciono, lo que me hace sentido, reconociendo a ese patrimonio, a través de la experimentación de la naturaleza desde las sensaciones, los sentidos y los sentimientos.
Quito Biodiverso: un proyecto integral para generar mayor identificación del ciudadano con su entorno natural
Quito Biodiverso es una iniciativa planteada con el objetivo de promover mayor conocimiento y valoración del patrimonio natural de Quito. Trabaja en cuatro componentes esenciales: educación y comunicación ambiental, conservación de la rana marsupial andina, rescate y manejo de fauna silvestre y arbolado urbano.
Uno de sus ejes principales es la educación ciudadana, a través de la participación de pobladores de la comuna de Iguiñaro y el barrio La Josefina. Mensualmente se realizan encuentros con la naturaleza, para tejer una relación cercana entre la gente y su entorno natural. La acción activa de los líderes comunitarios de estas zonas y la participación de sus pobladores ha sido indispensable para ejecutar el proyecto. Hasta marzo de este año, Quito Biodiverso ya ha trabajado con 350 niños, niñas, jóvenes y adultos, grupos objetivos escogidos para el proyecto.
El proyecto cuenta con el financiamiento del Fondo Ambiental y el soporte técnico de la Secretaría de Ambiente del DMQ, como uno de los proyectos ganadores de los fondos concursables de la décima convocatoria, específicamente en la quinta categoría: Educación y Comunicación del patrimonio natural quiteño.
Esta iniciativa surge como una acción que busca enfrentar factores adversos a la conservación del patrimonio natural de la ciudad y sus amenazas; el escaso conocimiento de la ciudadanía sobre la flora y fauna de la urbe donde habita; el deterioro de las quebradas de Quito, zonas donde habitan especies endémicas de animales y plantas con diversos valores; la poca identificación del arbolado urbano como un elemento patrimonial que va más allá de ser un elemento de ornato; y la falta de procesos educativos consolidados que fomenten una participación ciudadana más activa y efectiva por la gestión ambiental.
“Quito Biodiverso quiere motivar que la gente entable una nueva relación con la vida silvestre, con los paisajes y con más gente. Una nueva relación con la naturaleza es crucial en este momento de evidente crisis ambiental, y volcarnos hacia la naturaleza nos ofrece opciones reparadoras”, dice Gabriela Arévalo, directora de Educación para la Conservación del zoológico quiteño.