Desde las disposiciones de aislamiento social, debido al contexto que está atravesando el país, los hábitos han cambiado en los hogares, especialmente en la alimentación.
Normalmente, los estados emocionales como la ansiedad pudieran influir en el consumo de ciertos alimentos, altamente procesados, altos en grasas, azúcar y sodio. Estos no son nutritivos y podría generar un impacto negativo en nuestra salud, por ejemplo las grasas saturadas.
El Dr. Fernando Hidalgo, especialista en cardiología del Hospital Eugenio Espejo, indica que la saciedad y el consumo de alimentos altos en grasas saturadas podrían, a largo plazo, producir ciertas patologías, como las enfermedades cardiovasculares (ECV), las cuales son un conjunto de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos. Dentro de estas se encuentra el infarto agudo de miocardio (IMA), cuya principal característica es la isquemia cardiaca aguda (falta de riego) a una parte del músculo del corazón. Esta se produce por la obstrucción de una de las arterias coronarias, que alimentan a este órgano, a causa de un coágulo que se forma sobre las placas de colesterol (grasa) en el Interior de las arterias del corazón.
De este modo, el especialista recomienda controlar y mantener los niveles de colesterol normal (<200 mg/dl), evitando alimentos elevados en grasas saturadas, como mantequilla, embutidos, quesos grasos, leche entera, etc., y reducir el consumo de hidratos de carbono, como por ejemplo las harinas. Es importante indicar que en pacientes de alto riesgo el colesterol LDL debe estar por debajo de 70.
Siendo así, se sugiere el consumo de frutas, dado que son ricas en minerales, fibra, vitaminas, flavonoides y carotenoides (un grupo de pigmentos orgánicos con funciones antioxidantes), por ejemplo las manzanas, peras, duraznos, damascos, membrillos y bananas. Asimismo, se puede optar por los frutos secos, también son una excelente opción y además, ayudan a reducir la ansiedad.
En cuanto al tipo de carne, el omega 3 que contiene el pescado podría aportar en la prevención de un infarto de miocardio agudo (IMA), debido a que contribuye a reducir la ateroesclerosis coronaria. De preferencia se recomienda los llamados pescados azules; como Atún, Bonito del norte, Caballa, etc.
Por otro lado, el apio es una verdura que aporta a reducir el colesterol y mantiene los niveles de presión arterial. Adicional a ello, las espinacas, zanahoria, brócoli, alcachofas, acelgas, entre otras; también contribuyen a la prevención de un posible evento cardiaco.
Finalmente, el Dr. Fernando Hidalgo indica que así estemos en casa, debemos realizar ejercicios 5 veces a la semana, como mínimo y caminar a paso ligero. Otras de las opciones son realizar actividades para relajarse o distraerse, por ejemplo llevar sesiones de yoga, pilates, aeróbicos, etc. De esta manera evitaremos el sedentarismo. Sin embargo, a pesar de ello, es importante consultar previamente con el médico sobre una adecuada rutina, según el estado de salud del paciente.